¡Buenos días!
Hoy me he acordado mucho de mis hijas, que viven lejísimos de casa, y he preparado algo que les encantaba de pequeñas: bizcochitos. Seguro que se acordarán mucho de España y de su abuela en Madrid cuando vean estas fotos.
Los bizcochitos son baratos y se encuentran en todos los supermercados, pero si pruebas los caseros, no creo que vuelvas a comprarlos preparados. Son muy fáciles de hacer, y están muy, muy ricos.
Esta receta da para 25 – 30 bizcochitos.
Los ingredientes no son muchos:
3 huevos grandes, a temperatura ambiente
60 gramos de azúcar
¼ vaina de vainilla
Una pizca de sal
80 gramos de harina de trigo
1 cucharada de maizena
Azúcar glas
Separa las claras de las yemas.
Bate las claras hasta que salga espuma; entonces añade la mitad del azúcar y sigue batiendo hasta obtener un merengue brillante y espeso, pero no duro.
Raspa las semillas de la vaina de vainilla y bate el resto del azúcar con las semillas y las yemas de huevo durante unos tres minutos.
Ahora tienes una crema uniforme con puntitos negros.
Añade el merengue en tres veces, removiendo a mano con mucho cuidado entre cada vez.
Es muy importante que no salga el aire de la masa.
Mezcla la harina con la sal y la maizena.
Tamiza la mezcla seca y añádela a la masa.
Remueve con todo el cuidado que puedas.
Coloca una manga pastelera en un vaso grande.
Echa la masa y cierra la manga con una pinza.
Corta el extremo de la manga pastelera y forma bizcochitos de unos 8 centímetros, o como quieras de grandes.
Es mejor usar papel vegetal o papel para el horno encima de la bandeja del horno para que no se peguen. Recuerda que no tienen nada de grasa.
Espolvorea azúcar glas por encima de los bizcochitos con la ayuda del tamiz.
Hornea los bizcochitos a media altura, a 200ºC, durante unos 10 minutos. Apenas tienen que tomar color.
Deja enfriar un par de minutos en la bandeja del horno para que sea más fácil desprenderlos.
Y ya tienes unos deliciosos bizcochitos para tomar con el café o el chocolate, o para usar en un tiramisú.
Seguro que tu familia estará encantadísima, si es que no te comes todos antes de que los vean, claro.
Para mis hijas y todos los demás jóvenes que estudian en el extranjero: preparad bizcochitos y recordad a vuestras madres y abuelas ¡Os echamos de menos!
¡Que aproveche!