¡Buenos días!
¡Tengo grandes planes para el fin de semana! Voy a experimentar con diferentes tipos de cupcakes, y he pensado que me vendría bien unos caramelitos caseros para adornarlas.
Si no vives en una gran ciudad, no siempre es fácil encontrar una gran variedad de adornos para cupcakes y pasteles, y a veces te cansas de utilizar siempre lo mismo. Por suerte tenemos las tiendas virtuales, pero también es divertido hacer tus propios adornos.
Las estrellitas de merengue que te presento hoy están riquísimas. Se pueden hacer de merengue normal y corriente, y así también están muy buenas, pero si quieres algo fuera de lo común, prepara una masa de pluma de ángel. Sí, así se llama, y me parece un nombre absolutamente perfecto. En cuanto lo pruebes, lo comprenderás.
Además de para caramelitos, la pluma de ángel se puede emplear como topping para cupcakes y pasteles. Sale bastante dulce, pero tiene un sabor y una textura fantásticos. De esta receta te saldrán muchísimos caramelos, así que puedes hacer algunos suspiros de merengue más grandes si te cansas.
Ingredientes:
2 claras de huevo
170 gramos de azúcar
1 decilitro de sirope de maíz o sirope de azúcar claro
2 cucharadas de agua
¼ de cucharadita de crema de tártaro
1 cucharadita de extracto de vainilla
Colorantes
La crema de tártaro no es una crema sino un tipo de levadura especial. Si no la encuentras (yo la compro de la marca Dr. Oetker, y en el bote pone Cream of Tartar), puedes cambiarla por una cucharadita de zumo de limón.
Pon una cacerola con agua a hervir.
Echa todos los ingredientes excepto el extracto de vainilla en un bol.
Coloca el bol encima de la cacerola con agua hirviendo.
Bate con las varillas eléctricas durante 7 minutos, hasta obtener un merengue denso y blanco.
Poco a poco se va haciendo más espeso...
...y al final está tan espeso que puedes poner el bol boca abajo sin que la masa se mueva.
Aparta el bol del calor y añade el extracto de vainilla. Hoy cambio de bol para batir mejor.
Si encuentras extracto incoloro, mejor, porque así el merengue sale blanco, blanco. Pero también sale bien con extracto de color marrón. Si quieres otro sabor, puedes cambiar vainilla por cualquier otro extracto. Los hay de muchos sabores; por ejemplo el de frambuesa está muy rico. Pero la vainilla es la que pega mejor con más sabores.
Después de 10 minutos el merengue está perfecto y se llama pluma de ángel. No tiene que moverse por mucho que menees el bol. Sigue batiendo un rato más si quieres; cuanto más tiempo, más resistente se vuelve.
Si quieres caramelos de colores, ahora separas una parte de la masa y añades el primer color.
Pon el primer color en una manga pastelera. Puedes poner una manga pastelera para cada color, pero a mí me gusta utilizar solamente una, por dos razones. La primera es que mi vena ecológica protesta si gasto y tiro tanto plástico. La segunda es que cuando cambio de color, algunos caramelos salen con los colores mezclados y quedan que no veas de bonitos.
Me gustan más las estrellitas con punta para estos caramelos. Si los quiero más grandes, mantengo la presión un poquito más tiempo pero sin levantar la manga pastelera de la mesa. De esta manera, los caramelos salen más anchos pero no altos.
Puedes poner muchos caramelos en el mismo papel vegetal. No aumentan de tamaño en el horno.
Si tienes más bandejas para el horno, puedes poner dos o tres a la vez.
Hornea a 100ºC durante 45 minutos. Después, apaga el horno y deja los caramelos dentro sin abrir la puerta durante una hora más, o hasta que el horno esté frío.
En cuantito estén fríos, guarda los caramelos en un bote hermético. ¡La humedad del aire se los carga en un abrir y cerrar de ojos!
Y ahora, deja volar tu imaginación y adorna tus creaciones a tu manera.
¡Que aproveche!
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